Atrás de Amoras estamos Nathalie y Mariana, profesionales, terapeutas, madres y amigas, amiguísimas. Todo empezó en una preciosa chacra retirada de todo, ahí nos conocimos, en aquella casita del pasado que hizo posible nuestro hoy. Teníamos una receta de galletitas, heredada de una gran amiga, Graciela; teníamos esa pócima, un horno a leña y ganas de salir adelante, no mucho más teníamos.
Empezamos a modificar la receta, probar combinaciones, sustituir ingredientes de origen animal, buscar sabores y aromas; empezamos a jugar, pero a jugar en serio. Juntas y enharinadas inauguramos esta complicidad que hoy nos une; en aquella cocina con calor de madera, en aquella cocina de piso de barro. Compartiendo vida, la crianza de nuestros niños y niñas, alegrías, frustraciones y amasados.
Un buen día decidimos ponerle todavía más ganas a nuestras galletitas y fue así que nació Amoras, más que un emprendimiento, un lugar donde contagiar lo que queremos y creemos, una manera de vivir. Comer rico, tener hábitos sanos, llevar una vida plena y trabajar para ser felices. Y convidar, compartir siempre, disfrutar del dar y animarse a recibir, porque lo bueno trae cosas buenas.
Lo rico y sano, doblemente rico. Nuestras harinas son orgánicas, no usamos conservantes ni sal agregada, nuestros productos están libres de grasas trans y no usamos productos de origen animal. Venimos hace tiempo ensayando para no necesitar todo eso para que nuestras galletitas queden delis.
Constantemente investigamos ingredientes, experimentamos cositas nuevas, probamos sabores distintos, aromas, texturas, maridajes estrafalarios. Creemos que acercarnos a vos implica regar siempre la plantita de la novedad.
Vida sana, corazón contento, y no es un simple decir. Una buena rutina de alimentación es, muchas veces, la puerta de entrada a una cantidad de cambios positivos en la vida de las personas, insospechadas mutaciones hacia lo lindo.